domingo, 18 de enero de 2015

El fin de ésta historia

18 de Enero de 2015. Domingo. Lluvia afuera. Temperatura atípica para ésta altura del año pero nunca es mala compañía.
Ya 1096 días. Cuanto tiempo ha pasado desde aquel día.
Había salido del trabajo. Estaba agotada pero decidida a emprender el camino que mi corazón había decidido tomar. Habian solamente pasado 5 días desde aquel encuentro. Que dicho sea de paso, fue un desastre a pesar de mi felicidad por que no podía creer estar viviendo ese sueño. Recuerdo todo de la mañana del 14 de enero. Estando en la ducha antes de irme a trabajar, la sonrisa no se me borraba de la cara. Yo si estaba feliz. Sentía que al mundo lo podía manejar como quería y que por primera vez en mi vida, un camino se había cruzado con el mío y hasta había tomado todas las precauciones para no hacer ninguna cagada antes. Lo había tomado en serio. Nunca fue un chiste para mi. Todo lo contrario. Le puse toda la seriedad y el amor que tenia dentro de mi.
Lo recuerdo todo de ese día. Hasta esa última mirada que me ofrecio de miedo y despedida al mismo tiempo. Dentro de la felicidad que inundaba todo mi ser senti un poco de desconcierto pero solo me limité a vivir esa inmensa alegría que no podía contener. La energía que sentía estaba tan arriba que el día se me paso volando que casi no pude darme cuenta. Pero como todo instante de felicidad plena es corto, acto seguido a todo este desborde de tocar el cielo con las manos, lo siguió un enorme pesar y el hecho de como iba a continuar mi vida. Sabía lo que quería. Estaba más decidida que nunca antes en mi vida a pesar de la enorme culpa que no podía manejar. Pasaron los días y esa inmensa emoción de estar en lo más alto fue cayendo. Se transformó en el pensamiento de como iba a hacer para seguir sin herir los sentimientos de nadie y sin pensar en lo que yo podía pasar. Creo que ahí fue donde me equivoqué. En el hecho de no pensar en mi como debi haberlo hecho.
Había una sensación rara en el aire. Mezcla de confusión con poca repercusión del otro lado. No sentía que el entusiasmo a atreverse a vivir algo nuevo hubiese sido el mismo. No se por que pero la única respuesta que tuve hasta hoy es por que realmente yo había dado todo mi amor y la otra parte no.

Habían pasado solo 5 días desde aquella noche. Ya mi confusión y el miedo a ser rechazada iba tomando protagonismo, asi que decidí sin poder contenerme, ir en busca de algún aliciente, hacer mi mayor confesión y jugar las últimas cartas que tenía por jugar.
Salí disparada a su encuentro. Recuerdo el trayecto hacia el lugar. Estaba abarrotado de auto como queriendo impedir mi destino. Pero nada me detenía. Al menos ese era mi sentir. Me tomó más tiempo que lo normal pero finalmente llegué. Estacione en la puerta, toque el timbre y cuando abrió la puerta, mi mundo se volvía a desmoronar en aquel sueño que había vivido noches atrás. Me quedé por un momento, que pareció una eternidad, contemplando su mirada donde por instantes se perdía la conexión con la mía. Interpreté que podía ser asombro, estupor avergonzado. Tantas cosas pensé en esos segundos. Subimos las escaleras. Se dirigió a la cocina a calentar la pava para compartir unos mates mientras yo permanecía sentada en una de las tantas sillas negras del living, cuya particularidad era que tenían el final de las patas del color de la madera. Yo me sentía algo nerviosa, ansiosa y desconcertada. Ya que el saludo del encuentro fue un simple hola acompañado de un formal beso de amigos. De a momentos, me decía a mi misma que cosas iba a preguntarle o como iba a manifestarme después de esa noche. Sentía que había algo que no estaba bien.
Comenzamos a compartir el mate y a sostener una charla sin contenido alguno como para romper ese hielo que se había interpuesto entre nosotros. Conversación común y corriente como cuando se toma mate. Pienso hoy que hay cosas que recuerdo con tanta precisión y otras son la vaga memoria que hasta me hacen dudar de que hayan ocurrido.
Sin ya tener tema o mejor dicho cortando la charla mundana que manteniamos, manifiesto mi presencia y el motivo de querer tener una charla sería. Empecé por relatar todo lo que yo había vivido hasta esa noche. Decidí abrir mi alma y quedarme completamente desnuda ante sus ojos como acto de sinceridad y amor que tenía en ese momento. Intenté tomar su mano pero no podía alcanzarla por los infinitos movimientos de negación de su parte. Estaba asustada a escuchar la repercusión que tendría ante mi confieso amor, asi que tomé mi celular y busqué una canción que resumía y me identificaba en todo lo que me venia intentando expresar. Recuerdo que puse play y deje el aparto sobre la mesa. Bajé mi cabeza y mi mirada. Cerré los ojos por un instante y no puedo contener las lágrimas que salían sin que yo pudiese controlarlas. Necesitaba su respuesta. Me crucé de manos y seguí con la cabeza agacha como esperando el veredicto de culpabilidad o inocencia. No dejó que la canción concluyera. Apago el aparato repentinamente y empezó a darme su sentir. Recuerdo que lo primero que manifestó fue que lo acontecido había sido un hermoso error del cual ya no podíamos volver atrás pero que nos habíamos dejado llevar por el desenfreno de vivir ese momento y visto bajo su lupa calculadora de predicciones, no nos iba a llevar a buen puerto. No se arrepentía de nada. Interrumpo ésta explicación manifestandole que el amor en mi era más grande que todo esto que me decía. Yo queria una posibilidad de intentarlo que necesitaba su aprobación. Necesitaba que conociera más de mi y de tener su seguridad para yo poder resolver la vida que estaba dispuesta a dejar sin peros ni vueltas atrás. Continuó asintiendo que era un error. No sentía el mismo amor que yo. Esa es mi lectura con el correr de los años. Que su intuición era más poderosa y sabía que habían habido señales que pasamos por alto y no supimos ver. Mi desconcierto era aún mayor. Estalle en llanto sin poder ocultarme de su mirada y caí arrodillada como abatida por la respuesta al desamor.
Inmediatamente me tomó de los brazos fuertemente y me incorporó con un abrazo mezcla de arrepentimiento de estar dejando que su miedo le ganara y una palabra que nunca mencionó como pidiendo perdón de no amarme como yo lo demostraba.
Volví a manifestarme que no había sido una aventura. Que no quería que todo se muriera ahí. Pero sus palabras eran las mismas. "Tranquila que hoy no lo ves, pero el tiempo me va a dar la razón. " Eso me dijo. Sin dejarme lugar a ninguna posibilidad. Le pregunté si me amaba. Me dijo que si pero no de la manera que yo lo hacia.
Ya no sabía que pensar. Me sentía desconsolada. Des almada. Des corazonada. Sin consuelo. Tenía que resolver como cortar de raíz ese amor que había ido creciendo en mi con el tiempo y las charlas. Debía concentrarme en como seguir. Pero me fue imposible. Sólo sentía un dolor inmenso. Un vacio incomparable a cualquier otra cosa antes vivida.
Ya casi entrando en el amanecer del 19 de enero, decido irme. Ya no teniamos nada más que conversar. El salto al abismo ya lo había dado y mayor exposición de mi alma ya no podía haber manifestado. Sólo me pidió que avisara cuando llegara a casa. Lo hice y la charla continuó medianamente. Es el último recuerdo que tengo de ese día. Esa conversación la atesore como tantas otras pero hasta ese momento no tenia ninguna otra guardada.

Las charlas continuaron los dias siguientes a ese día bisagra para mi. Intenté por todos los medios no demostrar interés pero era imposible. Había sido mi compañía diaria hacia meses. Esperaba todas las mañanas su saludo. Hablar en doble sentido. Contarle mis cosas. Que me cuente las suyas. Intenté volver a estar cerca para no perder éste camino que se me había cruzado. Pero muchas cosas de las que hacía, les ponía una sonrisa para el público y luego me encerraba en algún lugar donde nadie me viera llorar.
Ésta historia llega a los días presentes. Con otros sin sabores que pasé. Desde otros lugares y con confesiones e intentos fallidos de los cuales todavía me cuesta superar. Soy conciente de que no puedo seguir estaqueada a una ilusión mía. Yo la lleve a lo más alto y de ahí salte al abismo sin medir que consecuencias podía sufrir a posteriori.
Lo cierto que no hay día que no piense en todo ésto ni que pueda olvidar todo. Intenté borrar de mi sistema cual si fuese un disco rígido pero me di cuenta de que nada había funcionado en todos esos intentos. Por que tan solo fue escuchar ese hola tan particular para hacerme ver que todavía el duelo iba a ser mas largo aún.
De una cosa si estoy segura. De que todo ese amor ayudó a que alejara a sus fantasmas y sus demonios que tanto marcaron su vida. Ayudó a que hoy piense siempre con el corazón y no se deje ganar por la ansiedad. Aun que todavía le cueste manejarla. A que se tome esos segundos antes de decir las cosas y que piense que es lo mejor para su vida. Es la única parte que me pone feliz de haber logrado pero no es consuelo de ese amor no consumado.

Mientras tanto yo tengo la tarea de seguir batallando en silencio toda ésta historia. Apretar los puños y dientes cuando me siento desbordada por su presencia y debo permanecer inmóvil ante sus ojos. O hacerme la superada para no demostrar nada. Cuesta un esfuerzo mas grande e incomparable con nada. 
Sólo se que hoy me toca pensar en mi y salir adelante, avanzando. El resto espero que en algún momento solo sea un recuerdo.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Necesito que los duelos se acorten

Año de mierda si los he tenido como éste,  jamás.
La puta madre. Quien fue el reverendo cabrón hijo de un camión de prostitutas que me mandó a pasar por algo que jamás tuve. Que solo fue un puto sueño, hoy convertido en el peor de los pesares que trato de alejar. Que es lo que me tiene atada a eso? Inexistente. Falto de promesas. Carente de contenidos. Sin amor real. Sólo palabras que no llegan a ninguna parte. Pero siempre que bajo la guardia siento la necesidad de tocar esa puerta. Hasta cuando Dios, Voy a tener que pagar ésto?
Me siento miserable. En las ruinas de mi sentir. En el peor de los encierros y no se para donde salir. Juego a los fieles amigos y a veces no puedo con ese lugar. Me pueden las cosas de afuera. Me ganan en fuerza las voluntades de salir corriendo sin parar pero para que? Para que sea como el año pasado. Una despedida. Para que todo se sienta como el mundo ideal y de repente te prendan la luz y te digan, ya se terminó la película de.Disney. Desocupe la sala.
Por Dios.
Como carajo se hace para tener la suficiente fuerza y seguir? Para hacer la vista gorda y que nada importe. Para desprenderse de esos sentimientos que me hacen mal.
Por que no tengo fuerza para decirme a mi misma, dale que en esto vos podes y sostener esa convicción y si la tengo para los demás.
Me he dedicado a rescatar a mucha gente y cuando me quise dar cuenta, quien me rescata a mí?
Di vuelta para mirar atrás y no vi a nadie. Mire hacía adelante y tampoco vi a nadie. Cai en la realidad de que mi 911 no funciona. Que si manifiesto en voz alta lo que pienso y siento, se me vuelve en contra. Que no hay nada que pueda esperar que nazca del otro sin hacer manifiesta mi voluntad. Entonces ahi cambia el discurso y las cosas son como yo quiero, cuando yo quiero. Yo lo único que pido es un abrazo. Pido amor del de verdad. Que me ayuden a resolver mis demonios. No que los alimenten y después, una vez vivos, los descarten y sean despedidas constantes.
Yo soy las sobras de un banquete. Siempre escuché, no puedo. No me es posible. Puedo pero hasta ahí. No puedo esperarte. No me sirven tus palabras si no los hechos. Si me comprometo y en momento echarse para atrás y no solo eso, descubrir la verdad y que no sepan decirme, Si, te mentí.
Es horrible éste maldito lugar. Es sentirte grande y ser nadie. Es decir cosas lindas y que queden en la nada. Es hacerme promesas y no tener palabra para cumplirlas. Es hacerme quedar como si el error es mío y no tener las pelotas de decirme la verdad. Pedir una caricia y recibir un silencio. Pedir una respuesta y escuchar un veremos por no tener las cosas bien puestas para decir que NO de entrada. Hacerme ilusionar con que voy a tener ayuda y después decirme si pero mejor no. Por que carajo no me dejan un poco en paz? Por que mierda se meten a ilusionarme con cosas que jamás se dan?
Que putas ganas de mandar todo a la mierda y patear el tablero de toda ésta bosta.
Ya cada vez duele más el corazón. Y la voluntad lo va alejando. Me da pánico pero es así.

viernes, 9 de mayo de 2014

Verdes azulados con la profundidad de las aguas transparentes del mar caribe

Pensaba como empezar a escribir después de tanto tiempo. Mientras venia camino al trabajo, me preguntaba que cosas, con el correr de los años habían cambiado o mutado y si bien estamos mas viejos, solo pasa el tiempo y vamos poniéndonos mas serios. Vemos las cosas desde otros puntos. Peleamos por lo justo muy por lo bajo y vamos mas a lo practico. Pero indefectiblemente, lo que no cambia es el sentir.
Cuando adolecíamos, toda situación era sumamente punzante y parecía un mundo. Andábamos desolados por la vida pensando que era el fin de todo hasta que nos cruzábamos con alguien mayor que nos decía que todo eso iba a pasar. Y de hecho pasaba. Pero hoy, con el correr del tiempo mi sensación es que el dolor no se modifico. Sigue siendo el mismo, solamente que quizás corre en silencio por nosotros, manifestándose en lagrimas.
Una vez me dijeron que nadie muere por amor. Y comprobé que es así. Pero la puta que duele. Es esa sensación de que llegaste a un momento donde no queres mas padecer ningún pesar y todo lo que pedís es paz. Si esa persona no estaba en nuestras vidas cuando nacimos por ejemplo, porque llega a doler tanto una ausencia. Pensé que era costumbre pero comprobé que no lo es. Y por mas que quiera disfrazar de cualquier otra cosa para poder justificarme y esconder lo que verdaderamente es, lo único que me quedo por reconocer es que es amor. Puro, noble, con alma y corazón. Ese mismo amor que en algún otro momento estaba tan compenetrado que ni me di cuenta que fuera del lugar donde estaba, ocurría una especia de cola de tornado y yo sentada en el auto como si nada, tratando de superar obstáculos. Que loco. Como podemos recorrer diferentes momentos y no cansarnos de ver siempre la misma película, una y otra vez. Hasta podemos llegar a decir, si me tocara vivir esto de vuelta, no le cambiaría nada.

Una noche de frío, por ahí entrado el invierno, me cruce con unos ojos, saltones como me observaron, y al instante, me hicieron poner la piel de gallina, me ocasionaron nervios de esos que podemos sentir cuando las cosas nos pasan por primera vez. Tal fue así el acontecimiento que baje la vista de inmediato y por dentro murmure, "chauuu". Recuerdo ese momento como si fuese hoy. Recuerdo también, en el camino a casa, preguntarme porque me había puesto nerviosa, que era que había visto que me había causado semejante estupor. Intente no darle importancia y no busque mas respuestas a todas esas preguntas. Que iba a saber yo que detrás de ese par de ojos se podía esconder el amor. O ese no se que, el cual no encontramos las palabras precisas para poder plasmarlo tal cual lo sentimos. Había sido una mirada tan puntual, tan expresiva. Hasta me animo a decir hoy, que también sintió los mismos nervios que yo y tuvo esas mismas preguntas.
Pensar que cada uno de nosotros vamos enfrascados en nuestros mundos de responsabilidades, de obligaciones y no prestamos atención a la mayoría de las cosas y cuando estas nos sorprenden, quedamos atónitos. Sin palabras.
La historia hubiese terminado acá con ese cruce pero como ambicionamos querer respondernos todas esas preguntas, no pudimos evitar que continuara y al principio por curiosidad sin intención, inconscientemente, estábamos relacionándonos y haciendo que nuestro mundo se modifique y se empiece a entre lazar. Comencé por querer saber que esconde esa mirada saltona que tanto mi atención había llamado. Eso me llevo a hablar de las cosas de todos los días. A querer descubrir quien estaba detrás de esos ojos. Y así ir adentrándome en su mundo sin siquiera estar dándome cuenta hacia donde podía llegar a ir.
En el comienzo son solamente intercambio de mensajes. Como estas? Seguís mejor, si es que algo paso. Aumenta inconscientemente la preocupación. Las ganas de saber como esta. Cuando se presenta una situación un poco mas delicada ya donde la otra persona o yo estábamos pasando por malos momentos, vamos transformándonos en grande oyentes y ergo consejeros de alma. En querer estar ahí para poder aliviar un poco ese pesar. Y así todo sigue tomando un camino impensado para mi. Hasta que un día, como todas las emociones suelen manifestarse, sentí el pecho tan lleno de aire tibio que súbitamente frene y me pregunte, que me esta pasando. Esa es la pregunta que te enfrenta a la otra persona y te pone al descubierto en todo los sentimientos. Te obliga que sentarte frente a frente y decirle, tenemos que hablar.
Generalmente, esto ocurre cuando el dialogo es diario y parece no terminar mas. Uno pierde la noción del tiempo. Solo escribe palabra tras palabra e inventa cualquier tópico con tal de no querer cortar el dialogo que ya mas que dialogo, es un lazo.
Recuerdo haber manifestado mi frase," tenemos que hablar". Yo no soy de esas personas que suele buscar una hora prudente y si la otra persona me lo permite, sea la hora que sea, me dirijo hasta donde este. Y así fue.
Era de madrugada. Yo estaba en un evento y sin mirar el reloj, le pregunte donde estaba, después de haber hablado toda la noche de corrido. No recuerdo exactamente de que. Solo tengo presente la fuerza que sentía dentro de mi, de querer sentarme frente a frente y hacerle todas las preguntas que me estaban volviendo loca. No recuerdo cuantos kilómetros hice, ni las vueltas que di. Si tengo presente que me perdí y eso hizo que me retrasara. Ese viaje parecía interminable. Tantas sensaciones todas juntas sumadas a una necesidad incontrolable de querer encontrar una respuesta. Arribe a destino y ahí estabas. Pensando hoy un poco en ese momento, creo que estaba con las mismas emociones que yo sentía. Al menos esa conexión que habíamos logrado era tan clara y tan reciproca que a veces no hacia falta decir nada. Subiste al auto medio con miedo. Te mire fijo queriendo decir, "que estoy haciendo acá?". Me devolviste una mirada identica a la mia y corria un silencio sepulcral.

Quise hacer las cosas bien desde el momento cero. No me había pasado algo así. Pero eso solamente fue el destello de un inmenso brillo que creí haber visto y el cual me encandiló para poder hasta pensar. Confíe siempre en la mirada de los demás. A veces me salió bien. Otras  no tanto. Sentía estar viviendo algo nuevo. Llegué a estar convencida de esto. Pero solamente terminó siendo producto de mi ilusión, de idealizar el deseo de que lo que estaba pasando era único y verdadero.
Hoy solo es un recuerdo. Que por momentos me cuelga y me deja pensando. Pero no me hago preguntas ya. Sólo intento continuar mi camino sin sentir que me equivoqué y así no cerrarme en la creencia de que estaa cosas no pasan. Asumo cada uno de mis errores. Espero haber aprendido. Pero a pesar de todo lo que pueda llegar a contarles, todavía creo en la mirada de la gente y espero que el tiempo no me de la razón, que sólo fue un momento y quedo en el recuerdo del libro de la vida que escribimos todos los días.