domingo, 8 de mayo de 2005

Un viaje por algun rincon de mis recuerdos, en mi tren imaginario

Es a lo largo del camino, que nos paramos a pensar y vemos quienes estan al lado nuestro. Vemos quienes realmente somos y encontramos esas simples cosas que hacen de nosotros, las personas mas felices.

Fue muy curioso, pero así pasan las cosas o por lo menos para mí. Tuve que escapar de esta ciudad por un par de días para poder darme cuenta de las cosas que me rodean y así poder valorar un poco más. Necesitaba darle un poco de alimento a mi alma que tan abajo estaba. Confiar un poco en mi. Hay muchas cosas en las que pensar, como ser, que camino es el correcto para tomar y así andar con tranquilidad. Pero creo que una nunca consigue la paz absoluta. Una vive atormentándose con sus propios pensamientos y sentimientos. Los diferentes sucesos a lo largo de un día pueden llegar a confundirnos, hasta aturdirnos y hacernos tomar decisiones las cuales jamás hubiésemos tomado en un estado de calma y absoluta conciencia.
Que curioso, como el amor puede llegar hasta nosotros de manera de hacernos perder noción del tiempo y espacio. Como en una cara, en unos ojos, en una gran sonrisa, podemos llegar a perder toda cordura y querer cambiar nuestro destino. Querer vivir aunque sea por solo un momento la vida con alguien más. Y es de esa manera donde empiezan las historias locas que a lo largo de este corto camino que llevo, las cosas se van presentando y toman forma y color.
Mágicamente en un retrato una vez, encontré en los ojos de esa persona el reflejo de mis ojos y sentí por un momento que ahí estaba el resto de mi vida. Que ese era el lugar en donde quería crecer, quería vivir, amar, llorar, hacerme grande y después chiquita y por ultimo morir, siendo él ultimo recuerdo que lleve a la eternidad conmigo, en algún lugar no explorado del alma. Fue en el brillo de esos ojos que me encontré como en casa.
Quien me hubiese dicho alguna vez que en la vida no hay manuales a seguir y solo se va aprendiendo a medida que las cosas nos van pasando. Creemos no tener nada y negamos la posibilidad de que alguien nos ame, solo por temor. Pero podemos tener todo lo que queramos en tanto y cuanto nos lo propongamos. Creo tener hasta ahora muchas historias donde contar cada una de estas experiencias, es como subirme a un tren imaginario y volver a vivir ese momento una vez más. Cuanta más concentración pongamos, más difícil es volver del viaje.




Escrito el 6 de Septiembre de 2004, para esa persona que me hizo sacar lo mejor y lo peor de mi.

No hay comentarios.: